Tras el hundimiento de los buques petroleros “Potrero del Llano” y “El Faja de Oro” por submarinos alemanes, México entró a la Segunda Guerra Mundial. El 22 de mayo de 1942, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho decretó que México entraba en estado de Guerra contra los Países del Eje: Alemania, Italia y Japón.
Algunos conocen la historia de los 300 hombres que integraron el escuadrón 201, la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana que se dirigió al archipiélago de las Filipinas, pero lo que muy poca gente sabe es que, en nuestro país, estuvo instalado un campo de concentración para recluir a presuntos espías nazis de Alemania ¿el lugar? La fortaleza de San Carlos en el municipio de Perote, Veracruz.
Al igual que la historia del campo de concentración, muy poca gente conoce este tesoro colonial e histórico de México. La Fortaleza de San Carlos, es una antigua edificación militar del siglo XVIII, ordenada construir por el Virrey Joaquín de Montserrat y ejecutada por Carlos Francisco Márquez de Croix en 1770.
San Carlos tiene un gran peso histórico en el país, debido a que aquí nació el primer Heroico Colegio Militar y es el lugar en donde murió Guadalupe Victoria, primer presidente de México. Este edificio, testigo de la Independencia, la primera intervención estadounidense, la guerra de los pasteles, la reforma y el segundo imperio, la segunda intervención francesa y punto estratégico para derrocar a Porfirio Díaz durante la revolución mexicana, también sirvió de refugio a quienes huyeron de la guerra civil española en 1939.
Según documentos históricos, se dice que cuando México se incorporó a la segunda guerra mundial en 1942, la Casa Blanca presionó al gobierno del entonces presidente, Manuel Ávila Camacho para impedir el espionaje de los aliados del Eje, por lo que una de las primeras acciones de las autoridades mexicanas fue establecer el centro de detención en Perote, Veracruz, donde se concentraron poco más de 500 ciudadanos japoneses, italianos y alemanes.
En 1945, tras el triunfo de los aliados, el campo de concentración cerró y liberó a los prisioneros extranjeros. En 1949, la fortaleza es restaurada y convertida en cárcel hasta el 2007.
En 2011, el edificio fue declarado patrimonio protegido por la UNESCO y actualmente se encuentra abierto al público.
Sin duda, San Carlos es un tesoro viviente de la historia de México que todos deberían conocer.
Fan De México.
Fotos: Erick J. Vidaña.
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